Unidos por Don Quijote

El próximo jueves 21 de marzo tendrá lugar la quinta de las charlas pre-concierto que ha programado esta temporada la Orquesta Sinfónica de Bilbao. La cita será a las 18:00 en la Sala 5H Terraza del Palacio Euskalduna. El acceso a la sala es gratuito con la entrada  para el concierto (de jueves o de viernes).

En esta ocasión asistiremos al resultado de la permeabilidad de las manifestaciones artísticas. Y es que las distintas maneras de observar y entender la vida a través del arte se enriquecen cuando el creador busca más allá del patrimonio cultural que encierran las fronteras geográficas de su país. Es el caso de un alemán que posó su mirada en dos de los personajes más logrados de la literatura española y universal. O del bilbaíno que evocó, en un género de origen centroeuropeo, el exotismo de temática simbólica. Y también es el caso del francés que, sobre una base de danza antigua española, invocó al espíritu de la danza y del arrebato orquestal.

Para empezar, escucharemos dos composiciones pertenecientes al mismo género musical: el ‘poema sinfónico’.

Don Quijote Op 35 es uno de los diez ‘poemas sonoros’ -así prefería llamarlos su autor- con los que Richard Strauss contribuyó a hacer del conjunto orquestal un eficaz transmisor de historias complejas, contadas sin palabras.

Richard Strauss (Munich, 1864 – Garmisch-Partenkirchen, 1949)

Con el subtítulo “Variaciones fantásticas sobre un tema de carácter caballeresco”, la obra está poblada de las aventuras de Don Quijote -personaje principal que cobra vida en la voz del violoncello-, Sancho Panza -representado por la viola- y un buen puñado de personajes que aparecen en la obra de Cervantes y que, vertebrando las ideas humanistas del escritor, dan pie a toda una serie de aventuras que crean no pocos quebraderos de cabeza al protagonista. Para abrir boca, en este enlace podemos disfrutar de un conmovedor aperitivo sonoro que nos brinda este trío de ases: Rostropovich, Karajan y la Berliner:

Apenas diez años después del estreno de Don Quijote en Colonia, llegó a Alemania para estudiar composición el joven Andrés Isasi.

Andrés Isasi Linares (Bilbao, 1890 – Getxo, 1940)

Este contacto con la música alemana del momento encendió su inclinación hacia el género ‘poema sinfónico’ al que pertenece -como varias otras de sus composiciones- El oráculo. Compuesto en 1913, fue estrenado en Berlín probablemente en junio o julio de aquel mismo año.

Su lenguaje es lirico en lo melódico y tenso en la armonización. La orquestación rica y brillante articula un discurso expresionista, coloreado en las armonías y en los timbres y de carácter hiperromántico, con guiños a la tierra natal a través de los retazos de zortziko de varios pasajes centrales y, siempre en su corazón, el canto de los pájaros, seña de identidad de su incondicional amor por la Naturaleza.

Como recordaba su amigo y gran melómano Joaquín de Zuazagoitia -quien, por cierto, firmaba sus escritos periodísticos bajo el cervantino seudónimo de Sancho de Azpeitia, personaje también de El Quijote– Isasi decía a menudo que la música no es el divino arte, sino “el arte más humano”.

En este enlace se puede escuchar la versión que la BOS, dirigida por Erik Nielsen, hizo de El oráculo hace poco más de dos años:

Y el programa se cierra con una de las obras más populares de la música clásica: el Bolero de Maurice Ravel, quien fue uno de los mejores orquestadores del siglo XX y poseedor de un lenguaje ultra pulido y estilizado que, según sus propias palabras, elaboraba “lentamente, gota a gota”.

Maurice Ravel Delouart (Ciboure, 1875 – París, 1937)

La obra está enlazada con Ida Rubinstein, bailarina, actriz y mecenas, que tuvo un papel fundamental en la renovación de las escenografías asociadas a la danza en el primer tercio del siglo XX. Gran amiga y admiradora del mundo sonoro raveliano, encargó al compositor un ballet para la Ópera de París: “diecisiete minutos” indicó Rubinstein a Ravel en un telegrama y el compositor, siguiendo el encargo, concibió la idea de un tema “insistente”, que él quería repetir una veintena de veces “sin desarrollo alguno, simplemente graduando el sonido de la orquesta”.

El exquisito arte de Ravel fue estimulado por su amistad con un grupo de poetas, pintores, músicos y bailarines de vanguardia que vivían y trabajaban en aquel extraordinario París de comienzos del siglo XX. Ida Rubinstein fue una de estas creadoras y quien estrenó el Bolero en la Opera de París, el 20 de noviembre de 1928.

Aquí podemos escuchar la interpretación que hace de la partitura Alondra de la Parra al frente de la Orquesta Sinfónica de Radio Colonia:

Por cierto, y por cerrar el círculo, es justo recordar que Ravel compuso en 1932 -con la enfermedad mermando ya sus capacidades- Don Quichotte à Dulcinée, un brevísimo ciclo de tres melodías para barítono con acompañamiento de piano sobre unos poemas de Paul Morand.

Toda la información sobre el concierto en la web de la BOS:

https://www.bilbaorkestra.eus/conciertos/don-quijote-y-el-bolero-de-ravel

Un concierto magnífico para dar la bienvenida a la Primavera y celebrar también el 339 aniversario del nacimiento de Juan Sebastian Bach. Disfruten siempre de los benditos enlaces.

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